Un viaje fallido

Mientras comía ayer, pensé en el título de este blog, la Aventura de  Viajar; me quedé reflexionando porqué decidir calificar como aventura al hecho de viajar… resulta que, considero yo, cuando uno sale de viaje puede construir en su cabeza más de un escenario lindo y divertido de lo que estaría sucediendo en su travesía, pero difícilmente esas atmósferas pueden llegar a ser tal y como uno mismo las imaginó y ahí entra la aventura en acción.

Resultase ser que hace unos años, cuando todavía era una mujer casada, el entonces esposo llega a la casa una noche y me invita a acompañarlo a Oaxaca, pues Conaculta lo había contratado para hacer unas grabaciones de músicos indígenas en Pinotepa Nacional y Puerto Escondido; entonces me dije, no habiendo nada mejor que hacer, ¿por qué no?.

Las grabaciones las estarían haciendo mi ex y un amigo suyo, quien también llevaba a su esposa e hija y he de decirles que este amigo suyo de nombre Fausto era todo un personaje, hombre cincuentón, de onda “rupestre” (entiéndase un género de música alternativo que hasta aquellos ayeres conocía y del cual afortunadamente no he vuelto a escuchar), y con el que no tenía mucho en común…

En fin, la salida sería a los pocos días a muy temprana hora, viajaríamos en su camioneta, que era tipo “van”, lo que significaba que Fausto y familia irían en la cabina y mi ex y yo en la caja trasera, muy guardaditos, entre consola, micrófonos, bocinas y muchos cables.

Ya para cuando entrábamos a la Costa Chica de Guerrero, por ahí de las 2 de la tarde, el sol a todo lo que daba, o sea, calor a mares, de repente algo nos detiene… una fila de coches muy larga postrada a lo largo de la carretera, a lo lejos se divisaba un río; tras varios minutos esperando que la fila avanzara y nada de nada, que me bajo de la caja trasera y empiezo a caminar hacia aquello que nos impedía el paso y cuál es mi sorpresa cuando veo que un grupo de personas estaba haciendo un plantón de ambos lados del puente. Preguntando qué era lo que pasaba me entero que eran unos perredistas que estaban exigiendo atendieran demandas que llevaban haciendo desde hacía mucho tiempo atrás.

¿Y ahora? ¿Qué correspondía hacer?... los manifestantes no mostraban indicios de moverse rápidamente; decidimos pues cerrar la camioneta y atravesar el puente a pie para ir a comer a un changarrito puesto al pie de la carretera. Cómo no había señales de poder continuar nuestro camino, hicimos una laaaaaarga sobremesa.

La noche nos llegó; las horas seguían avanzando, tanto que la mañana nos sorprendió varados en la carretera al igual que a muchos otros. De nuestro lado del río, todos dormíamos en nuestros respectivos vehículos; del otro lado, hacían lo mismo. Por ahí de las 9 am, se empieza a oir ruido; resultaba que nos dejarían pasar.

Ahora me río, pero aquél día recuerdo que bufaba; entre el calor, encierro, la incomodidad y las mentadas de madre de todos los transeúntes, entre ellos un par de extranjeros que necesitaban cruzar el río para llegar al aeropuerto… obviamente, ninguna de nuestras exigencias y pensares fue más importante que las demandas de los manifestantes.

Por fin, se apiadaron de nosotros.. ahora había que organizar el paso, así que mi histeria me hizo organizar el tráfico… me sentí policía de crucero en esta ciudad, haciendo señas con las manos, poniéndome en frente de los coches que querían rebasar al que por orden le tocaba… En fin, todo un show.

Llegamos con un día de retraso a Pinotepa Nacional a grabar; de ahí corrimos a Puerto Escondido y mientras los hombres se iban a hacer su chamba, la esposa, niña y yo nos bajamos hacia la playa… oh no!!! Había aguamalas... así que meterse a la playa, ni soñarlo!!!

Al día siguiente regresamos al D.F., pero ahora lo hicimos por Oaxaca, así que tocaba turno de recorrer aquellos desfiladeros de terror de la carretera federal… que miedo!!!

En resumidas cuentas, lo que yo pensé como una salida divertida, resultó ser toda una aventura, de la que, repito, ahora me río pero en su momento padecí…

¿Ahora entienden porque digo aventura de viaje? ¿Qué opinan? ¿Alguna anécdota que compartir?

Continuará…